“Debi Avi”, ese fue el nombre artístico con el que me bautizó una de mis compañeras del colegio. Yo aprovechaba cualquier momento para lanzarme a imitar a una cantante, montar una coreografía o imaginarme bajo los focos de un escenario.

Hoy, con bastante vida recorrida, me sigo reconociendo en esa niña, siento que mi sueño se ha cumplido aunque todavía soy aprendiz de este oficio que tanto amo.

Me licencié en Arte Dramático y fue con la llegada de mis hijos cuando mis trabajos se fueron especializando en público infantil.

Cuando estoy creando pienso en el niño o la niña que me observa, en lo que me gustaría contarle para que fuera más sabio/a, para ser yo también más sabia. Pienso en la belleza de las cosas simples, pienso en que quizá quiera moverse y también tocar, pienso en el adulto que le acompaña, pienso en el placer de compartir y de sentirnos cómplices, pienso en grande aunque lo que salga sea chiquito.

Pasa, abre el telón y disfruta.